Como un apasionado de los cómics y habiéndome entretenido la primera entrega de Shazam!, no puedo negar que tenía altas expectativas para su secuela, Shazam! 2: La Furia de los Dioses. Sin embargo, tras haber leído una serie de críticas negativas antes de su lanzamiento, me sentí un tanto escéptico. Pero después de ver la película por mí mismo, debo decir que no me pareció tan mala como algunos la habían pintado.
La película continúa la historia de Billy Batson, un niño de corazón puro que, al pronunciar la palabra «Shazam», se convierte en un superhéroe adulto. Al igual que en la primera película, la comedia juega un papel fundamental en Shazam! 2. El humor es básico pero efectivo, y aunque algunos pueden encontrar el humor un poco predecible, yo lo disfruté en pantalla.
La película sigue la línea de la entrega anterior, manteniendo ese tono más ligero y humorístico que se diferencia de otras películas del Universo Extendido de DC (DCU). Esto puede ser un aspecto positivo para aquellos que buscan una experiencia diferente dentro del mundo de los superhéroes, pero también puede dejar a algunos fanáticos deseando una conexión más profunda con el DCU. A pesar de una escena post-créditos que insinúa una mayor interacción, sentí que la película pudo haberse esforzado un poco más en ese aspecto.

En cuanto a la trama, Shazam! 2 nos presenta a nuevos villanos y desafíos para nuestros héroes, y la acción es espectacular. Los efectos visuales son impresionantes, especialmente en las secuencias que involucran a los dioses y las criaturas míticas. La película se adentra en el mundo mágico de manera convincente y nos lleva a lugares sorprendentes.
Shazam! 2: La Furia de los Dioses no solo destaca por su humor y acción, sino también por las actuaciones sólidas y carismáticas de su reparto. Zachary Levi vuelve a encarnar a la versión adulta del héroe titular, Shazam, con la misma energía y encanto que le dio vida en la primera entrega. Su capacidad para interpretar a un adolescente en el cuerpo de un superhéroe adulto agrega capas cómicas a la película y contribuye al tono ligero que caracteriza a la franquicia.
Asher Angel, quien interpreta a Billy Batson, el niño detrás de la transformación de Shazam, demuestra una vez más su habilidad al capturar la dualidad del personaje. Angel logra transmitir la inocencia y vulnerabilidad de un adolescente mientras enfrenta desafíos monumentales como superhéroe.

La inclusión de Helen Mirren y Lucy Liu como las villanas principales, Hespera y Kalypso, respectivamente, aporta una dosis adicional de prestigio al elenco. La experiencia y talento de estas dos actrices veteranas elevan la calidad de las escenas en las que participan, dándole un toque especial al conflicto central de la película.
Los intérpretes juveniles, conformados por Jack Dylan Grazer (Freddy Freeman), Faithe Herman (Darla Dudley), Ian Chen (Eugene Choi), Jovan Armand (Pedro Peña) y Grace Fulton (Mary Bromfield), también contribuyen significativamente al carácter amistoso de la historia. La dinámica entre estos actores jóvenes se percibe auténtica, y su interacción en pantalla es parte integral de la identidad de Shazam como una película que celebra la amistad y el trabajo en equipo.
La dirección de David F. Sandberg, quien regresa para la secuela, es hábil al equilibrar la comedia, la acción y el desarrollo de personajes. La química entre los protagonistas es evidente, lo que contribuye a la sensación de camaradería que impulsa la narrativa.
Aunque la película podría haber aprovechado más la oportunidad de conectar con el DCU, especialmente teniendo en cuenta el vasto universo de personajes que ofrece, el grupo de actores diverso y talentoso agrega profundidad y autenticidad a una película que, si bien puede no ser una obra maestra, cumple con la promesa de ofrecer diversión y emoción a los amantes de los superhéroes.